21 de noviembre Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar

Según los cálculos de la OMS correspondientes a 2004, hay 64 millones de enfermos de Enfermedad Pulmonar.   La OMS prevé que para 2030 esta dolencia será la tercera causa más importante de mortalidad en todo el mundo.  Los principales factores de riesgo son el tabaquismo, la contaminación del aire, tanto en espacios cerrados como en el exterior, y la inhalación de partículas de polvo y sustancias químicas en el lugar de trabajo.

La enfermedad pulmonar obstructuva crónica (EPOC), no es una sola enfermedad, sino un concepto general que designa diversas dolencias pulmonares crónicas que limitan el flujo de aire en los pulmones.  Los términos más familiares “bronquitis crónicas” y el “enfisema”.

Los síntomas más comunes son la  falta de aliento, una excesiva producción de esputo y una tos crónica.  Sin embargo, la enfermedad no sólo la “tos del fumador”, sino una enfermedad pulmonar potencialmente mortal que conduce de forma progresiva a la muerte. 

Factores de riesgo:  

-Tabaquismo.

-Contaminación del aire en locales cerrados (por ejemplo a causa del combustible de biomasa usado para cocinar y como medio de calefacción. 

 -Contaminación de aire exterio.

. -Polvos y productos químicos en el medio laboral.

 -Contaminación del aire exterior.

Según estimaciones reciente de la Organización Mundial de la Salud, este mal se habrá convertido en la cuarta causa de muerte en todo el mundo en el 2030.


La es enfermedad prevenible: se precisan acciones urgentes para reducir los factores de riesgo subyacentes, especialmente el uso de tabaco.

El tabaco, incluyendo la exposición al humo de tabaco ajeno, es el principal factor de riesgo para esta enfermedad en todo el mundo. Un 70% de todas las muertes por EPOC ocurridas en la región son atribuibles al consumo de tabaco.

La exposición a la contaminación intramuros representa otro importante factor de riesgo, especialmente entre mujeres y niños, en las comunidades que continúan utilizando combustibles de biomasa para cocinar, calentar y realizar otras tareas domésticas. En Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Paraguay, más del 50% de la población utiliza este tipo de combustibles como principal fuente de energía. Incluso en algunos países más desarrollados, una parte significativa de la población carece de acceso a combustibles limpios.