28 de enero, Día Mundial contra la Lepra

Aunque los casos de lepra en las Américas han disminuido en más de un 30% en la última década, todavía se registran casos en los países lo que muestra la necesidad de mantener las medidas de control de la enfermedad para sostener esos logros.

Al conmemorarse este mes el Día Mundial Contra la Lepra, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) llama a trabajar por la detección proactiva y el diagnóstico temprano para  lograr  cero  discapacidad en niñas y niños.

La lepra o enfermedad de Hansen es conocida desde los tiempos bíblicos; se trata de una enfermedad infecciosa producida por un bacilo llamado Mycobacterium leprae.

Actualmente, la lepra está presente en 159 países y en 14 de ellos constituye un problema de salud pública, con más de un caso por cada 10.000 habitantes, principalmente en África, Asia y América Latina.

En el 2017, la Organización Mundial de la Salud, indicó que se registraron 211 009 nuevos casos de lepra a nivel mundial, según cifras oficiales provenientes de 159 países de cada una de las regiones de la OMS. Sobre la base de los 193 118 casos de finales de 2017, la tasa de detección de casos es de 0,3/10 000.

A pesar de los grandes avances en el manejo del paciente con lepra y de ser una enfermedad curable en un corto plazo, hoy en día siguen estando profundamente arraigados los temores y prejuicios respecto a esta enfermedad y sus víctimas. Por esta razón sigue siendo una de las peores enfermedades sufridas por el hombre.

La lepra se transmite con frecuencia a través de las gotitas que se expulsan de la boca o la nariz, por medio de contactos cercanos y frecuentes con personas que no han recibido tratamiento. Si no se trata, la lepra puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos. Es de difícil contagio porque la mayoría de los individuos presenta un alto nivel de inmunidad efectiva al bacilo. No es una enfermedad hereditaria, pero se reconoce la influencia de componentes hereditarios que determinan fallas en la respuesta inmune de los individuos que los hace más susceptibles a la enfermedad.

Existen medicamentos eficaces para tratar la lepra, sin embargo, factores como la construcción social del estigma persisten hasta nuestros días, el cual ha sido identificado como una de las barreras para un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado de la enfermedad.

En Costa Rica, la lepra existe de forma endémica; el primer caso de lepra se remonta al año 1735 en la provincia de Cartago. El país logró su indicador de eliminación (menos de un caso por 10 mil habitantes) a nivel nacional en el 1995 y ha mantenido esta condición desde entonces, y se continúan notificando casos nuevos cada año procedente de todas las provincias del país.

La lepra es de notificación obligatoria al Ministerio de Salud por decreto, y se requiere una investigación de caso y sus contactos.

Desde el 2015, se notifica al Ministerio de Salud un promedio de 10 casos nuevos por año. La enfermedad es más frecuente en hombres que en mujeres y afectan los grupos de edad mayores de 50 años. A lo largo de toda la provincia de Puntarenas es donde se han registrado la mayor cantidad de casos, sin embargo   todas las provincias notifican casos.